EGIPTO ARDE

Pues eso parece. Si hace semanas era Túnez el centro de las miradas del mundo árabe, tras la revuelta de las barras de pan (como se me ocurre llamarla, tras ver muchos manifestantes portándolas), ahora es Egipto el objetivo de las cámaras de televisión y los reporteros de prensa, por el mismo motivo. REVOLUCIÓN. Y es que, es lo que ya toca. Tras casi tres décadas de mandato -dictatorial-, Hosni Mubarak, Presidente de Egipto, tiene más que hartos a sus compatriotas, que no dudaron en acampar en la Plaza Tahrir de la capital, no ya para pedirle reformas democráticas, sino para decirle directamente que se marche, que ya no lo quieren más.

Y en éstas, aparece el déspota, anoche en mensaje a la nación, diciendo que no se va. Es el colmo. Un pueblo oprimido como el egipcio, no debería pasar por esto. Porque esto se puede convertir en un baño de sangre, como pronosticaba el premio Nobel de la paz Mohamed El Baradei.

Tras dos días acampados en la plaza, apoyados por el ejército, ahora, ese mismo ejército dice a las masas que han decidido plantar cara al tirano octogenario, que se disuelvan y vuelvan a casa. Y desde hace unos minutos, puedo ver a través de Al Jazeera, como vuelan las piedras entre partidarios y detractores del dictador.

Ayer escuché a alguien llamar a Mubarak «dique de contención de las oligarquías árabes», y es cierto. Si cae, que se vayan preparando paises como Jordania, Arabia Saudí, Siria, Libia o Marruecos. De hecho, el presidente de Yemen, ya ha dicho que no prolongará su mandato más allá de 2013. El rey de Jordania se cepilló a todo su gobierno, hace un par de días, para evitar situaciones similares.

Algo está cambiando en el mundo árabe. Ya es hora. También se merecen disfrutar de la libertad.